Las cifras bailan y decenas de familias viven con angustia las horas de espera para que les den noticias de sus familiares desaparecidos después de la explosión en Pajaritos.
Un centenar de pobladores de la congregación de Mundo Nuevo, en Coatzacoalcos, exigieron a los directivos de Mexichen, Petróleos Mexicanos y al Ejército Mexicano que entreguen los cuerpos que aún se encuentran adentro del área de Clorados III y que han sido “escondidos” por las autoridades federales.
Los pobladores, amigos y familiares de personas desaparecidas en la doble explosión ocurrida el pasado miércoles, insultaron a militares y a directivos de Pemex como una forma de presionar para que ya se “peine” la zona siniestrada y se dé a conocer el número total de personas muertas y el número de obreros que no dejaron rastro alguno en la explosión, que de forma oficial dejó 28 muertos y más de 160 heridos.
Los militares tuvieron que formar una valla atrás del portón de la entrada principal al complejo petroquímico y aguantar los insultos, patadas y botellazos de agua de la turba de pobladores que exigen que a cuatro días
del accidente, Petróleos Mexicanos diga la verdad sobre el número de muertos que enlutó a pobladores de Coatzacoalcos, Agua Dulce, Minatitlán, Las Choapas y varios poblados de la región.
Los familiares de las víctimas partieron de la Agencia Municipal de Mundo Nuevo y al llegar a la explanada del complejo Pajaritos comenzaron a patear la entrada del inmueble y a lanzar consignas contra el gobierno de Peña Nieto y los directivos de Petróleos Mexicanos.
Otros pobladores que participaron en la manifestación recriminaron que un diagnóstico hecho por los propios obreros de la zona de Clorados III, que hablaría de cien muertos entre obreros de Pemex, más empleados de las empresas contratistas de Gamsa, Peri, Welding, Ica, entre otras, los cuales no han sido rescatados del área afectada.
Este sábado continuó la toma de mapas genéticos y pruebas sanguíneas, para determinar la coincidencia del ADN entre los cuerpos que permanecen sin identificar y la de los familiares que buscan a sus obreros desaparecidos.
Los conatos de bronca y la tensión en la entrada del área de Clorados III prevaleció en todo momento, razón por la que los soldados tuvieron que replegar su valla al interior del complejo, pues los insultos eran constantes.
Ante la tensión en la protesta vespertina, unos convoys de la Marina-Armada de México tuvieron que llegar a reforzar el área de la protesta.
Con información de Proceso
También puede interesarte:
Sé parte de la conversación