Careathers demandó a la marca tras 10 años de consumir la bebida
Red Bull prometió devolver 10 dólares a cualquier cliente estadounidense que haya comprado su bebida
La marca de bebidas energéticas Red Bull enfrentó un juicio por parte de uno de sus clientes, quien indignado decidió probar suerte y demostrar que el slogan “Te da alas” era una mentira.
Red Bull vende actualmente más de 5 mil millones de latas de bebidas en 265 países y durante años se ha hecho famosa por ser una acompañante de los deportes extremos de riesgo y aventura.
El famoso eslogan de las alas comenzó a mediados de los años 90 con una serie de anuncios televisivos, con animaciones sencillas en blanco y negro, donde los personajes se enfrentaban a algún tipo de problema que superaban con ayuda de su bebida.
Este popular eslogan llevó a Benjamin Careathers a cuestionarse si la bebida realmente le “daba alas” y terminó demandando a la empresa por publicidad engañosa en agosto de 2014.
El hombre era un consumidor fiel de la bebida desde hace más de 10 años, pero no había conseguido alas o ningún tipo de rendimiento intelectual o atlético.
Careathers investigó los componentes de la bebida y descubrió que contenía menos cafeína que una taza de café, por lo que inició la demanda.
https://youtu.be/h3fkgRNA1G8
Una vez que se dio a conocer la demanda, más consumidores se sumaron a ésta. La demanda establecía que la compañía daba a los consumidores la impresión de que la bebida ofrecía a las personas algún tipo de extra físico o mejora, pero no era así.
Transcurrido algún tiempo, Red Bull resolvió la demanda y prometió devolver 10 dólares a cualquier cliente estadounidense que haya comprado su bebida desde el 2002. También señaló que devolvería 15 dólares en productos de Red Bull a los afectados.
Tras el acuerdo, la marca debería pagar 13 millones de dólares, de los cuales 6.5 millones se destinarían a un fondo sobre la estimación de 1.4 millones de consumidores que podrían estar afectados y solicitarían un reembolso.
Red Bull cumplió con la demanda, pero sostiene que su publicidad y el etiquetado de sus productos siempre han sido veraces.
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