Senado de Argentina aprueba legalización del aborto

Luego de que el Senado en Argentina aprobara la legalización del aborto, resta que el mandatario Alberto Fernández la promulgue

El Senado argentino aprobó la madrugada de este miércoles la legalización del aborto hasta la semana 14, con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, por lo que dejó en el pasado la ley vigente desde 1921 que consideraba un delito la interrupción del embarazo, en caso de violación o riesgo para la vida de la madre.

“Lo conquistamos. ¡Es ley!”, apareció escrito en todas las pantallas gigantes instaladas en el lado verde de la plaza frente al Congreso. En las calles, mujeres integrantes del colectivo Marea Verde estallaron de alegría y festejaron cono lágrimas y abrazos.

La iniciativa, impulsada por el gobierno de Alberto Fernández, y que recibió media sanción de la Cámara de Diputados el pasado 11 de diciembre, establece que las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar tienen derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 del proceso gestacional. Luego de ese plazo, el aborto será legal únicamente en casos de embarazo por violación o riesgo de vida para la gestante, detalló El Financiero.

“El aborto seguro, legal y gratuito es ley. A ello me comprometí que fuera en los días de campaña electoral. Hoy somos una sociedad mejor que amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública”, manifestó el presidente Alberto Fernández.

Luego de que el Senado aprobara esta ley, resta que el mandatario argentino la promulgue. Incluso, el papa Francisco también se pronunció al respecto y compartió un breve mensaje en redes sociales.

“Los cristianos, como todos los creyentes, bendicen a Dios por el don de la vida. Vivir es ante todo haber recibido la vida. Todos nacemos porque alguien ha deseado para nosotros la vida”, manifestó.

Cabe recordar que la presión de grupos religiosos y conservadores para mantener la criminalización del aborto ha sido demasiado fuerte. Tal como ocurrió en 2018, cuando el Senado argentino rechazó el proyecto de ley, se espera una fuerte ofensiva legal.