Hoy se cumplen 22 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, quien fuera diputado, senador, presidente de su partido político, primer secretario de Desarrollo Social y candidato a la presidencia del PRI en 1994.
En uno de sus últimos discursos, pronunciado el 6 de marzo de 1994 frente al Monumento a la Revolución en el marco del 65 aniversario del PRI, Colosio acusó que veía “un México con hambre y sed de justicia”.
“Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”, declaró.
“Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.”
En otra parte de su exposición ante cerca de 50 mil personas concentradas en la explanada del Monumento a la Revolución, del Distrito Federal, el político sonorense arengaba: “¡México no quiere aventuras políticas! ¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!”.
Este histórico ejercicio de oratoria fue considerado como el rompimiento con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, precursor de una reevaluación de la política neoliberal.
Sin embargo, pocos días después, el 23 de marzo de 1994, el político fue asesinado en Tijuana, Baja California.
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