Como cada año, desde 1969, hoy 2 de octubre surge desde el fondo de cada mexicano el ridículo grito de guerra e indignación de: “¡el 2 de octubre no se olvida!”.
Por favor ¡qué cinismo de muchos pseudoindignados por los hechos ocurridos en 1968 por el gobierno de Díaz Ordaz!, ¡qué cinismo resulta ahora gritar a los cuatro vientos que aquel día no se olvida!
¡Claro que se olvida!, se ha olvidado durante 364 días al año desde aquel fatídico 2 de octubre de 1968; se olvida el 3 de octubre de cada año cuando la mediocridad y el conformismo se apoderan de cada individuo cuando llega a su trabajo, escuela, oficina, tienda.
Se olvida cuando cada mexicano solo se lee, si todo sale bien y tiene tiempo, un libro por año ¿ese es el grito de un estudiante?… Así se olvida el 2 de octubre.
Se olvida cuando se llega a casa y para “entretenerse” se disfruta de los estúpidos programas de Televisa, aquel cómplice del represor gobierno.
Se olvida cuando se busca dar mordida o encontrar la forma para no cumplir con las responsabilidades y obligaciones que nos tocan como ciudadanos.
Cada 2 de octubre se toma ese espíritu universitario de lucha ante la tiranía y la opresión, pero a las cuantas horas, al saber la responsabilidad que esto conlleva, se tira a la basura, se pone en el guardarropa de la ilusión y se cierran las puertas para sacarlo al año siguiente.
¡No se olvida, no se olvida! Pero entretenido con melodramas venenosos y enfermizos de aquella televisora que estuvo siempre del lado del gobierno.
No vengamos a rasgarnos las vestiduras y a lanzar consigas este día, cuando durante todo el año no se hace más que ser cómplices y acatar la opresión, la falta de información, la falta de verdad, el nulo interés por el conocimiento.
¡Claro que se olvida! Cada instante que es tema nacional saber si la selección de fútbol irá al mundial o ganará esté o aquél partido, y por supuesto viendo Televisa.
Si buscamos honrar a los jóvenes que dieron su vida, intentando cambiar las cosas, buscando la forma de ser escuchados, demos ese honor luchando cada día del año y no lanzando palabras e insultos incongruentes cada 2 de octubre.
Preparémonos, leamos, investiguemos, exijamos y no nos conformemos con que un 2 de octubre de 1968 se reprimiera al pueblo.
Tal vez también sea el problema que ¡El 2 de octubre NO se olvida! Y ahora es un excelente pretexto para no progresar y seguir igual, o tal vez peor, que hace 46 años.
¿Qué se ha logrado con gritar durante más de cuatro décadas “¡No se olvida, no se olvida!”? y lo más triste es que al paso al que vamos, cada día en México se conmemorará un “¡No se olvida!”
¡No se olvida, el 10 de junio de 1971! Matanza del Jueves de Corpus
¡No se olvida, el 22 de octubre de 1997!, Matanza de Acteal
¡No se olvida, el 3 y 4 de mayo del 2006! Disturbios en San Salvador Atenco
Y así podríamos seguir y seguir con:
¡No se olvida, las muertas de Juárez! Que son víctimas todos los días del año, incluyendo el 2 de octubre.
Así que hoy 2 de octubre no recordemos lo que sucedió, sino trabajemos para que eso no vuelva a ocurrir, con gritos, insultos y consignas al aire no se solucionará nada (si no lo creen vean que han logrado hacer estas acciones durante más de 40 años).
Olvidemos aquel 2 de octubre de 1968 y pongamos a trabajar en el 2 de octubre de ahora; olvidemos el 2 de octubre de 1968 para progresar el 3 de octubre.
No es difícil olvidar los sucesos y lo ocurrido aquel sangriento y amargo 2 de octubre, al fin y al cabo el 2 de octubre siempre se olvida durante todo el año.
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