En el primer trimestre de 2011, Banco de México (Banxico) realizó una compra de 100 toneladas de oro, convirtiéndose en noticia mundial, ¿pero dónde quedó algo tan valioso?
En aquel entonces el organismo monetario se negó a revelar la ubicación de resguardo e incluso no pudo especificar la cantidad de lingotes adquiridos.
Quedó claro que había adquirido oro imaginario en una cuenta “no localizada” que da derecho a retirar el metal si se requiere… y si es que lo hay al momento de la solicitud.
El problema es que un banco central no puede darse esos lujos debido al alto peligro de impago que significa, más aún si la compra se hizo para minimizar el riesgo de las reservas en dólares.
Un año más tarde, el instituto central sumó 20 toneladas más a su hoja de balance. Forbes volvió a cuestionar dónde se localizaba, y ante la negativa, se recurrió a la Ley de Transparencia, a un recurso de revisión y a un proceso largo que culminó favorablemente.
Tras lo anterior, se supo que casi la totalidad de las reservas áureas de Banxico se encontraban resguardadas en una bóveda londinense del Banco de Inglaterra.
Al respecto, en la actualidad hay noticias: una buena y una mala.
La mala es que del total de reservas de oro al 31 de diciembre de 2015 –3 millones 905 mil onzas troy (poco más de 121.4 toneladas equivalentes a 4,139 millones de dólares)–, el 98.3% continúa resguardado en el Reino Unido. El resto se divide entre México y Estados Unidos. Es una mala noticia porque significa que ese escudo financiero de México sigue en posesión de un banco central extranjero.
En tanto, la buena noticia es: Banxico ya ha cambiado la mayor parte de su cuenta al estado de “asignada”. Tiene el número de serie y características de 7,265 lingotes que le corresponden. Un pequeño avance, pero avance al fin.
Fuente: Forbes
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