¿Si un alimento no se puede descomponer en quince días, por qué querríamos meter eso a nuestro organismo?, pregunta Ana Larrañaga Flota, coordinadora de proyectos de nutrición en Fundación Mídete.
En un experimento realizado por Sin Embargo con distintos alimentos que los mexicanos incluyen en su dieta diaria, se busca observar lo que sucede con cada uno de ellos durante su descomposición.
Para realizar este experimento el pasado 22 de marzo colocaron en frascos transparentes: una gringa al pastor, dos tacos de la misma carne y una quesadilla, comprados en un puesto callejero, papas de McDonald’s, una hamburguesa de la misma cadena, otra de Burger King, un sándwich de Starbucks, así como una papa cocida, un pepino y un plátano adquiridos en un mercado sobre ruedas.
Durante el video se puede observar la lenta descomposición de los alimentos comprados en la calle y en el mercado.
Sin embargo al ver la nula descomposición de los alimentos pertenecientes a las grandes cadenas, parecen ser inmunes a la pudrición,lo que nos hace pensar dos veces si queremos algo así en nuestro estómago.
Por: Desirée Medina
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