Antes de robar, igual se lo piensan dos veces. En China, los funcionarios corruptos podrían pagar hasta con su propia vida.
El Tribunal Popular Supremo de ese país y la Fiscalía del Estado han establecido que líderes corruptos que malversen o reciban sobornos superiores a los tres millones de yuanes (alrededor de 463 mil dólares) serán sometidos a la pena de muerte.
La pena máxima ya estaba contemplada en las leyes chinas, sin embargo no estaba especificada la cantidad de dinero desde la cual se podría aplicar, por lo que la decisión última quedaba sometida a la subjetividad de los jueces.
Tribunal y Fiscalía indican que en caso de que el acusado coopere en la investigación -en alusión a que confiese el delito o devuelva el dinero malversado- la pena capital podría suspenderse durante dos años, lo que a efectos prácticos significa su conmutación por cadena perpetua, la sentencia más habitual en casos de corrupción en China.
Fuente: Sin Embargo
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