La AIC señaló que los agentes no son operativos, y ambos realizan labores de investigación de gabinete
Desde el pasado 5 de febrero se desconoce el paradero de los policías federales
El número 103 que las gorras de los policías federal tienen bordado, y es usado como código de identificación por los agentes de la Procuraduría General de Justicia (PGR), fue lo que utilizó el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) para poner en la mira a los agentes federales Alfonso Hernández y Octavio Martínez, quienes permanecen desaparecidos desde el pasado 5 de febrero.
De acuerdo con las investigaciones, los primeros días de este mes cuatro elementos de la Policía Federal viajaron de la Ciudad de México hasta Nayarit para asistir al bautizo del familiar de uno de ellos.
Sin embargo, sólo dos agentes lograron regresar a salvo, debido a que anticiparon su viaje de regreso y no tuvieron ningún contratiempo hasta que llegaron a la capital del país, pero de los otros dos ya no se supo nada, hasta cinco días después cuando comenzó a circular el video en redes sociales.
En la filmación, se observa a ambos agentes sometidos por cuatro sujetos encapuchados que visten de negro y portan rifles de alto poder, presuntamente integrantes del CJNG, que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, y uno de los 122 objetivos prioritarios del gobierno federal.
Los policías federales, quienes están adscritos a la Agencia de Investigación Criminal (AIC), aparecen hincados y visten con playeras blancas, las cuales tiene estampada la leyenda SEIDO y aparentemente con las manos atadas.
Durante la grabación Alfonso leé un mensaje en el que asegura que altos funcionarios del gobierno federal los mandaron a hacer trabajo de inteligencia y les permitieron cometer todo tipo de abusos.
Tras la difusión del video, la AIC confirmó la desaparición de sus elementos, y señaló que estaban sus días de descanso.
Asimismo, informó que dio inició la investigación para su búsqueda, en la que aseguró que no escatimará esfuerzos ni recursos para lograr la localización de sus elementos.
Con base en esa indagatoria se sabe ahora que los agentes están adscritos al área antisecuestros de la PGR, uno de ellos es abogado y otro criminalista. No son operativos, ambos realizan labores de investigación de gabinete.
Aseguraron que al momento de ser secuestrados ninguno iba armado ni llevaba ningún tipo de equipo de comunicación de la PGR, y el vehículo en el que viajaban no estaba rotulado con ningún tipo de logotipo oficial.
Sobre el mensaje que leyó uno de los plagiados, autoridades federales consideraron que éste carece de toda veracidad y explicaron que una persona sometida por el crimen organizado es capaz de decir cualquier cosa.
“Se trata de acusaciones inverosímiles y carentes de sustento, hechas bajo la presión de hombres armados”, explicaron.
Con información de El Financiero
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