Los servicios sanitarios tienen pocos recursos para gastar en gente enferma y en fase terminal, y siempre que un nuevo medicamento sale al mercado, tienen que tomar una decisión: ¿merecerán los meses, o años ganados, el dinero que cuestan?
Ante esto, nosotros pensamos que debemos hacer todo lo que podemos para comprar más tiempo para la gente a la que queremos.
Pero Dominic Wilkinson, un médico de cuidados intensivos y experto en ética en el Centro Uehiro de Ética Práctica de la Universidad de Oxford, escribió recientemente un artículo que cuestiona estos hechos y pide considerar cuánto estaríamos dispuestos a pagar por tener una vida más larga.
Los tratamientos para enfermedades terminales tienden a evaluarse en base a cuánto aumentan la esperanza de vida, y cuál es la calidad de vida del paciente.
Las recomendaciones en Reino Unido, por ejemplo, son invertir entre 30 mil y 45 mil dólares por cada año adicional de buena salud.
Fuente: BBC
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