Los chalecos están equipados con sensores que se activan con la mordedura del perro
El objetivo de Jackson es que mejorar la tarea de asistencia de los perros guía, y también de aquellos que se dedican a ayudar en tareas militares o de rescates.
Melody Jackson, doctora en Ciencias Informáticas de la Universidad de Georgia (Estados Unidos), lleva 20 años investigando esa opción y asegura que “los perros pueden, literalmente, cambiar nuestras vidas y salvar vidas. Solo les faltan los medios para comunicarse”, dijo al diario El País de España.
Proyecto FIDO
Con ese objetivo en mente, Jackson se embarcó en un proyecto que bautizó como FIDO (Facilitating Interactions for Dogs with Occupations), un experimento que, como su nombre lo indica, busca “facilitar la interacción para los perros con ocupaciones”.
Los chalecos están equipados con sensores que se activan con la mordedura del perro, y otros cuando el perro acerca el morro a un sensor de proximidad. Una vez que se activan, envían señales sonoras que se traducen en lenguaje humano, notificaciones de texto a un smartphone o incluso permiten enviar un mapa satelital.
El objetivo de Jackson es que mejorar la tarea de asistencia de los perros guía, y también de aquellos que se dedican a ayudar en tareas militares o de rescates. Perros con ocupaciones.
“En la actualidad, los perros sólo pueden comunicarse con la gente mediante sus ladridos o con el lenguaje corporal. A veces eso no es suficiente“, dice Jackson y agrega: “Los sensores pueden darles una ‘voz’ que nunca tuvieron”.
En una de sus conferencias, Jackson destaca el ejemplo real de una persona con epilepsia que tiene un perro con este chaleco y es capaz de detectar cuando va a tener una convulsión.
En ese momento, el perro está entrenado para apoyarla hasta una pared y evitar que se caiga, o mediante la tecnología del chaleco llamar a emergencias y darles su ubicación por GPS. Otra utilidad importante que puede tener esta tecnología es la detección de explosivos: el perro podría avisar al personal de seguridad sobre la peligrosidad de su hallazgo, y éste actuar en consecuencia.
El proyecto está aún en fase de pruebas. Jackson trabaja en demostraciones de búsqueda y rescate en laboratorio. En la actualidad, los perros que buscan una persona desaparecida pueden hacerlo solos, olfateando un olor. Una vez que lo encuentran, deben abandonar a esa persona y regresar con su entrenador, para, a continuación, dirigir a todo el grupo de búsqueda hacia el lugar donde se encontraba. Pero ahora la mujer asegura que eso puede cambiar.
Fuente:Clarín/RPP
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