¿Te acercarías a un niño que aparenta pobreza para ayudarlo?
Una niña con mala apariencia puede ser invisible para los demás aunque parezca estár en problemas.
En las sociedades modernas apartamos la vista ante la pobreza, la mendicidad, la locura, la enfermedad, el defecto, el crimen, pero también, en tiempos más recientes ante personas que han sido empujadas las márgenes del sistema por otro motivos, desde el personal de limpieza de grandes edificios hasta manifestantes que se muestran su desacuerdo colectivamente. Todos ellos, en algún punto, pueden ser invisibles ante nuestros ojos formados para ignorarlos.
La UNICEF (en colaboración con la agencia Switch Communications) creo la campaña #FightUnfair, un experimento social en el que Anano, una pequeña niña de 6 años deambulaba sola en dos lugares públicos: una calle concurrida y un restaurante, ambos en la ciudad balcánica de Tbilisi, la capital de Georgia.
El detalle, sin embargo, fue que la pequeña se presentó bajo dos aspectos muy distintos: en uno, con ropas andrajosas, la cara sucia, el cabello desaliñado; en otro, limpia, con abrigo y zapatos lustrosos, bien peinada.
Si nos preguntaran, quizá cualquiera de nosotros diría que de ver a un niño solo en la calle seguramente se acercaría a ayudarlo, ¿pero qué tan cierto es esto más allá del discurso?
A juzgar por este experimento, esa buena voluntad solo se hace presente con aquellos que parecen merecer nuestra ayuda o nuestra solidaridad. Los otros, los diferentes, los marginales, ellos parecieran ser almas perdidas, sin posibilidad de redención.
El experimento es muy elocuente, en este y otros aspectos, pero quizá el más importante es que da cuenta del adoctrinamiento en el que muchos vivimos a propósito de la desigualdad, la cual difícilmente cuestionamos y más bien tendemos a considerar casi como una cualidad natural de nuestro sistema o nuestras sociedades, algo dado, imperturbable.
Fuente:PijamaSurf
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