No lo sabrá nunca, porque en la tumba no hay recuerdos. -Taylor Caldwell
Los homicidios y desapariciones ocurridas en 26 de septiembre en Iguala sepultaron fríamente ante los ojos del mundo al México de las Reformas estructurales que portaba como tarjeta de presentación el presidente, Enrique Peña Nieto.
De manera escalofriante algunas mentes perversas en complicidad con manos demoniacas perpetraron el crimen más atroz e indignante de los tiempos modernos en México, ni al cuentista Edgar Allan Poe en cualquiera de sus obras, se le ocurrió algo similar a lo ocurrido en Iguala, Guerrero.
Ríos de tinta han corrido en las editoriales a través de sus plumas que escriben desconcertados sobre la capacidad intelectual y operativa de los criminales para ejecutar los hechos violentos en cuestión y, la inminente torpeza, nulo oficio y falta de capacidad de reacción de las autoridades en los tres ámbitos de gobierno.
Han transcurrido 28 días desde aquella noche trágica e infernal en Iguala sin que las autoridades de investigación y procuración de justicia puedan explicar con claridad y veracidad el móvil de los hechos sangrientos y desapariciones, menos, tienen indicios siquiera, de cuál puede ser el paradero de los 43 alumnos desaparecidos.
Es tanta la indignación colectiva de un pueblo agraviado y vejado tanto por el organizado crimen como por sus gobernantes, que las protestas en las calles de todo el país cada vez son más nutridas y contundentes. Tan es así, que el gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, presionado y reprobado por sus gobernados, decidió presentar ante el Congreso local su renuncia, disfrazada de licencia, al cargo para el que fue electo en sus años de gloria.
Empero el cadáver político de Ángel Aguirre no fue sepultado solo, con el fueron lapidados y comparten la fría, oscura y triste fosa de la historia, las Reformas estructurales del gobierno de Enrique Peña Nieto. Funcionarios y apologistas del peñismo podrán decir lo que quieran, pero hoy en México y en el mundo entero, solo se sabe que en este país hay 43 alumnos normalistas desaparecidos en completa impunidad.
Hoy le cantamos las golondrinas al titular de la primera instancia responsable de brindar seguridad a los ciudadanos de Guerrero, ya veremos si con el paso de los días y entre los tumbos que van dando las dependencias del Gobierno federal, el presidente Peña Nieto, en atención a la congruencia, también hace rodar las cabezas de quienes de perdona vidas no pasan, pero como miembros de su gabinete le traen más penas que gloria.
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