Mónica exige justicia, pues a casi cuatro años del abuso que sufrió su hija, no han obtenido respuesta
La madre pide a las autoridades correspondientes mejorar las leyes y la ampliación de justicia
Mónica Rodríguez denunció hace casi cuatro años ante los tribunales, el abuso sexual que sufrió su hija en aquél entonces de dos años cuatro meses, por parte de su padre biológico. A la fecha el caso sigue impune, compartió el sitio Animal Político.
“Mi niña, durante seis días vivió un infierno a manos de quien se suponía debía protegerla y cuidarla. Sangre de su sangre. Y hoy después de casi cuatro años de luchas interminables en varios tribunales, mi niña aún no encuentra justicia. Su caso sigue impune”, reclama Mónica.
La madre de la víctima explicó que el progenitor las dejó cuando la menor tenía tres meses de nacida. Sin embargo, un día reapareció peleando legalmente convivir con ella en las vacaciones de navidad, por lo que se llevó a su hija durante una semana, en la que no contestó llamadas ni mensajes.
Durante una entrevista para Animal Político, la mujer relató que su hija “llegó con rasguños en el cuellito, llegó súper rozada, con miedo, no quería que nadie la tocara, ya había dejado el pañal y de pronto llega con pañal… tuvo un retroceso. Un amigo mío que es psicólogo me dijo: ‘por todo lo que me cuentas, tu hija fue abusada’. La peor noticia que le pueden dar a una madre”.
Luego de un año en terapia con especialistas en violencia sexual en la infancia, la niña pudo explicar que fue lo que le habían hecho y quién había sido.
No obstante durante dos años, el padre de la menor continuó peleando en un juzgado civil de Tlalnepantla el derecho a convivir con la niña, peculiarmente en diciembre. Al respecto, Mónica interpuso un juicio en Cuautitlán para quitarle la patria potestad por el antecedente de agresión sexual y logró una reserva para evitar los encuentros.
Todo se esclareció cuando la propia niña decidió hablar durante una audiencia, en donde le dijo al juez que no quería volver a ver su padre:
“No quiero volver a ver a mi papá Erik porque él me toca mi colita con una pelota, y me lastima, y no me gusta, y no lo quiero volver a ver”. La madre detalló que “pelota” eran los genitales de su progenitor.
Tras las declaraciones de la víctima, Rodríguez interpuso una demanda legal por abuso sexual “a tiempo” y no por la custodia, pues en el Estado de México, según le han explicado, el delito prescribe a los cinco años. Es decir, que una niña violentada a los dos años, a los siete pierde el derecho de buscar justicia.
Tras la denuncia, Mónica y su hija han enfrentados varios problemas, entre ellos que descalificaron el informe psicológico por ser de una asociación privada: “Qué tal que usted pagó por él”, le dijeron. Por ello, la niña fue valorada nuevamente sin la presencia de su madre, donde una psicóloga confirmó que había sido violentada.
No obstante cuando le pidieron volver a terminar el trámite, le dijeron que la computadora no servía y que no podían ver el video de la entrevista para transcribir la declaración, y que además había extraviado el nombre de la psicóloga que hizo el examen. Y así llevan cinco meses acudiendo semana tras semana para saber si por fin darán inicio las investigaciones sobre el caso.
La madre de la niña exige justicia, quiere proteger a su hija de que no vuelva a ver nunca al padre biológico que la atacó sexualmente. Asimismo exhorta a las autoridades correspondientes para mejorar las leyes y que en los Ministerios Públicos y juzgados haya personal capacitado, que sepa tomar en cuenta la declaración de un menor de edad y no revictimizar a los pequeños.
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