La niña fue víctima de los abusos sexuales durante cinco meses
Como nadie creyó en su relato, la menor grabó con su celular los encuentros con el cura
Autoridades detuvieron a un sacerdote de 59 años acusado de abusar sexualmente de una menor de 10 años, en la parroquia de San Giorgio en Trentola-Ducenta, cerca de Nápoles, Italia.
De acuerdo con información del programa de televisión Le Iene, Michele Mottola llegó a la localidad el pasado 2017, éste se ganó la confianza de Marina, pseudónimo con el que se conoce a la víctima, compartió el portal Actualidad RT.
El cura visitaba con frecuencia a la familia para “agradecer” las cenas a las que era invitado y le daba regalos a la pequeña, desde un reloj, una chamarra y hasta un ordenador.
“Pensamos que era una buena persona, era como un amigo”, expresó la madre de Marina.
No obstante, la niña comenzó a comportarse de manera extraña, ya que durante cinco meses sufrió los abusos sexuales del sacerdote, y cuando les contó a dos feligreses lo que le pasaba, no le creyeron. “Don Michele me hace cosas, me besa, ¿lo que hacemos Don Michele y yo se llama sexo?”, cuestionó la pequeña.
Debido a que nadie creyó en sus palabras, la niña grabó con su teléfono un par de audios de los abusos que sufría. “Te tendría aquí desde la mañana hasta la noche […] ¿Sabes que te amo?”, se escucha la voz del cura en una primer grabación.
En otra grabación se escucha sollozar a la menor, quien le pide al sujeto que se detenga, “toma esto para secarte”, le dijo el sacerdote.
Varios meses después volvieron a encontrarse y Marina le pidió que detuviera su comportamiento, a lo que Mottola le respondió que no le gustaría que lo viera como “una especie de paciente mental”, argumentando que ella había consentido los abusos.
Cuando la menor le dijo al cura que había hablado del tema con dos personas, no le pareció y le advirtió que “ahora entenderán otras cosas. Las cosas se pondrán muy mal”, razón por la cual decidió hablar con sus padres.
“Puedes decir mentiras […] Eres como los terroristas suicidas islámicos, lanzando una bomba, matando gente y escapando”, comentó el hombre ante su familia, en una conversación que también fue grabada.
Finalmente el sacerdote acabó confesando los hechos y se mostró arrepentido. “Me gustaría morir para no ver nada, irme y no sentir a nadie. Me siento más sola que nunca porque nadie puede entenderme”, dijo la menor.
En mayo de 2018 Mottola fue expulsado de su parroquia y denunciado ante la policía. Sin embargo hasta que Le Iene difundió públicamente las grabaciones de Marina, fue que la Justicia italiana decidió actuar.
“Ella no tenía miedo y fue hasta el final, porque ya no aguantó más. Mi hija fue más lista que él”, declaró la madre de la víctima.
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