La madre argumentó que no quería asesinarlo, solo darle una lección de disciplina
El menor murió a causa del agua hirviendo y por traumas en la cabeza
Una pareja fue acusada de matar a su hijo, a quien mantenían en una jaula para gatos vertiéndole agua hirviendo.
El caso se dio a conocer en un tribunal de Singapur y se usaron como pruebas las imágenes de una jaula para gatos, donde al parecer los padres del menor, que tenía cinco años, lo mantuvieron encerrado antes de asesinarlo, informó el diario Excélsior.
En el primer día de juicio realizado el pasado martes, el tribunal escuchó que el niño pasó encerrado horas en una jaula para gatos, para luego ser torturado con cucharas y alicatas calientes durante meses antes de perder la vida.
Su fallecimiento fue a causa del agua hirviendo y por traumas en la cabeza. De acuerdo con el patólogo forense, las laceraciones que presentaba en el cuerpo fueron resultado de que el menor permaneció en un espacio confinado.
La madre declaró que sólo quería que su hijo “aprendiera una lección de disciplina”, pero que nunca tuvo el objetivo de asesinarlo.
“Si hubiera tenido la intención de matarlo, también habría matado a mis otros dos hijos. No tendría corazón para hacerlo”, argumentó la mujer.
Las fotografías evidenciaban las quemaduras y los cortes en el cuerpo del niño de cinco años, así como heridas en la cara y el cuero cabelludo.
El patólogo reveló que tenía una factura en la nariz y hematomas en las extremidades, además de que el cuero cabelludo y las encías estaban desgarrados, lo cual pudo ser ocasionado por una caída o un golpe de ‘una cantidad considerable de fuerza’.
Entre la lista de lesiones se reportaron quemaduras de segundo grado a tercer grado que cubrían el 75 por ciento del niño, lesiones renales agudas, deshidratación, nariz rota, cortes en la cara y retraso del habla aislada.
Daily Mail informó que el niño murió un día después de haber sido ingresado a un nosocomio, pues los padres, identificados como Azlin Arujunah y Ridzuan Mega Abdul Rahman, ambos de 27 años, esperaron seis horas para llevarlo al hospital.
El sistema legal de Singapur mantiene una pena de muerte obligatoria por varios delitos, incluidos el asesinato. En caso de encontrar culpables a los padres del menor, podrían ser ejecutados en la horca de la prisión de Changi.
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