Si queríamos equidad, vamos mal. En el marco de la celebración del 10 de mayo, el Informe 2016 del Observatorio de Salario elaborado por la Universidad Iberoamericana de Puebla reveló que “el riesgo” de que una mujer se convierta en madre es un pretexto común utilizado por los empresarios para pagarles un menor sueldo. Una práctica de la cual las autoridades mexicanas son cómplices al permitirla.
“El Gobierno de México es omiso y reproduce la desigualdad de género. El empresario está pensando en salvaguardar sus costos en una situación donde la mujer pudiera embarazarse, por eso ganan menos que los hombres”, explicó Miguel Santiago Reyes Fernández, director del Observatorio de Salarios.
Mencionó que las autoridades mexicanas se convierten en cómplices de las empresas al no supervisar estas diferencias salariales. “Se presume que la omisión del Gobierno se deriva de la corrupción que hay entre ambas”, expresó.
En edad fértil, dijo, la mujer puede ausentarse por ley de 60 a 90 días, entonces el empresario se blinda por los días que va faltar esa trabajadora.
“Esto lo hacen las empresas aunque la mujer no tenga hijos, por el hecho de contratar a una mujer, la empresa ya se cubre ante ese riesgo de ausentismo”, detalló el académico.
Planteó que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) regule los salarios promedio por sector e instrumente mecanismos para que las empresas reduzcan esa brecha salarial por género.
De acuerdo con el informe, la desigualdad en los salarios se manifiesta a favor de los hombres casados y contra las mujeres, especialmente si están embarazadas, como lo muestran las siguientes cifras:
Salario promedio mensual: 7 mil 365.60.
Salario promedio mensual de un hombre casado: 7 mil 807.54.
Salario promedio mensual de una mujer: 6 mil 187.11.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que el mercado laboral en México tiende más a contratar hombres: por cada 10 personas activas seis son hombres y cuatro mujeres. La cifra es contraria en el tiempo laborado: mientras el hombre trabaja en promedio 67 horas, la mujer labora 92.
El panorama general, de acuerdo con cifras del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las mujeres profesionistas en el país pueden ganar hasta 24 por ciento menos que un hombre realizando el mismo trabajo.
En el caso de las obreras (de la industria eléctrica, de la construcción y de los servicios), llegan a ganar hasta 40 por ciento menos.
La gran desigualdad fue uno de los principales datos revelados en el Informe 2016 del Observatorio de Salarios, donde se menciona que uno por ciento de la población en México concentra 32 por ciento del ingreso, y el 10 por ciento más rico concentra 67 por ciento del ingreso nacional.
En el documento también se destaca que no hay una relación entre productividad y salarios, pues en México la productividad va a la alza y tiene un diferencial promedio mayor que el de los países desarrollados, pero no hay un aumento salarial de acuerdo con esa productividad.
“Mientras sigan estas condiciones de distribución, o de redistribución inequitativa, no se vislumbra una mejora en las condiciones de vida de la población asalariada”, refirió el Doctor Reyes.
Añadió que de toda la producción que se genera en México, 74 por ciento se la quedan los empresarios y 26 por ciento los trabajadores.
Por ello, el académico de la Ibero mencionó que hay que establecer mecanismos distintos de reparto de la productividad para que la recuperación del salario mínimo y el salario en general no sea sólo por cuestiones coyunturales (como la caída del precio del petróleo y su impacto en las materias primas), sino que parta de la redistribución de las condiciones productivas.
Propuso que el salario mínimo no se establezca por decreto, sino liberalizarlo para permitir su recuperación hasta alcanzar los 16 mil 400 pesos mensuales.
Aumentar el salario mínimo (que aproximadamente es de dos mil 191 pesos al mes) es una de las tres acciones específicas propuestas por el Observatorio de Salarios.
Fuente: Sin Embargo
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