La marihuana podría ser de gran ayuda en el campo de la medicina.
Hacen falta mayores estudios para conocer todas sus propiedades y sacarles provecho.
Desde 1974 se ha demostrado la efectividad del aceite de cannabis a través de sus compuestos activos –tetrahidrocannabinol (THC) y cannabinol (CBD)– para combatir al cáncer.
Sin embargo, debido a que se ve como una droga y se le estigmatiza, todavía hay reservas en su uso para los tratamientos.
Se sabe que sirve para reducir el crecimiento de cánceres en pulmones, seno y leucemia viral en ratones de laboratorio, prolongando sus vidas un 36%.
Debido a esto, diversas organizaciones promueven las investigaciones en torno a la marihuana para conocer si también actúa igual en humanos y conocer sus ventajas terapéuticas.
En 1998, un estudio liderado por el doctor Manuel Guzmán de la Universidad Complutense de Madrid descubrió que el THC puede inducir la muerte programada en células de cáncer cerebral, sin tener un impacto negativo en las células que están sanas.
Más allá de pensar en el uso lúdico y recreativo de la cannabis, es tiempo de que se le vea como una gran ayuda en el campo medicinal.
Fuente: growlandia.com
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