Expertos señalan que en realidad el hombre de la pintura no grita, sino que se cubre de ruidos externos
Otra teoría señala que el autor pudo inspirarse en una momia peruana que vio expuesta en el antiguo Museo de etnografía de Trocadero de París
La pintura “El grito”, de Edvard Munch, que ha sido utilizada como un símbolo que representa la angustia y la desesperación, en realidad no está gritando y su origen podría estar inspirado en una momia.
Así lo ha dado a conocer el Museo Británico, en vísperas de inaugurar el próximo 11 de abril la exposición “Edvard Munch: amor y angustia”, la cual reúne más de 50 grabados y litografías del pintor, entre ellos uno en blanco y negro que data de 1895, de su imagen más famosa.
Según los expertos, en la pieza estrella de la muestra, titulada “El grito” hay una frase manuscrita por Munch que dice: “Oí un fuerte grito atravesar la naturaleza”.
Esto podría corroborar la idea de que en realidad el hombre de la pintura no es el que grita, sino que lo que hace es cubrirse de los ruidos externos, ya sean reales o provengan de su cabeza, informó Expansión.
De acuerdo con los especialistas, al parecer Munch iba a titular la serie conocida como “El grito”, de cuatro cuadros y la litografía, “El grito de la naturaleza”, y no la concibió para representar el acto de una sola persona, sino con un sentido más universal.
Asimismo, especialistas del Museo explican que el artista noruego pudo inspirarse para dibujar su figura central en una momia peruana que vio expuesta en el antiguo Museo de etnografía de Trocadero de París en 1889, que tenía una parecida fisonomía y posición de las manos.
“El grito” es el nombre de cuatro cuadros del artista, tres de ellos están en los museos de Oslo y uno más en la colección particular, además de una litografía.
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